Siempre ha sido fascinante mirar la Luna, su mirada a ojo desnudo estimula nuestra imaginación, algunos encuentran inspiración romántica, otros ven en ella dibujos, como el Quijote en fin, a pocos deja indiferente. Lo cierto es que como objeto de estudio, nuestro satélite natural presenta varios desafíos, que van desde el perfecto estudio de la dinámica de su movimiento y de esa manera se puede calcular en detalle su órbita, de enorme importancia en la exploración de su superficie. Ultimamente se ha estado estudiando con sistemas robotizados y satélites artificiales, los cuales se han colocado en su órbita y que permiten su análisis desde cierta altura, mapeando diferentes propiedades de «geología» y estructura de la Luna.
Asi como también muchos desafíos derivados de dos preguntas adicionales, una, sobre su composición, de la cual deriva un potencial de explotación económica de sus recursos (independiente de la opinión que uno pueda tener al respecto) ¿qué minerales tiene?, ¿agua?, ¿microorganismos?, etc. Ligado a lo anterior es el uso del análisis de su composición para intentar responder interrogantes sobre ¿cuál es su origen?, ¿estuvo siempre ahí?, ¿fue capturada por la Tierra? y varias otras preguntas de ese tipo.
A continuación se muestra una imagen compuesta, como un mosaico de tres imagenes, de tal forma que se aprecia toda la parte iluminada en esta fase, que es un poco después del cuarto creciente. Se nota muy bien lo que se llama terminador, que es el borde entre la zona iluminada y la parte sombría, borde que se corre según la fase lunar.

Con un telescopio de apertura relativamente pequeña, en este caso un telescopio refractor de 80 mm de diámetro de la lente objetiva, junto a una cámara dedicada, en este caso la ZWO ASI224MC, más una lente Barlow 3x, se pueden estudiar detalles de la superficie lunar, como se aprecia en la siguiente imagen.

En este caso se usó la técnica de grabar una película, usando un programa de captura como FireCapture, de 1000 cuadros, que se toman a una razón de entre 11 y 16 cuadros por segundo, que luego se procesan con programas libres, el primero de ellos es autostakkert, el cual permite hacer tres cosas, entre varias otras, uno, analizar la calidad de las 1000 imagenes, ordenandolas de la mejor a la peor. Dos, proceder a alinear todas las imagenes de acuerdo a un punto ancla que uno elija. Lo anterior debido a que por turbulencia atmosférica o por corrimiento de la imagen no todas ellas están con sus puntos relevantes en la misma posición. Finalmente, la tercera es sumar las mejores imagenes formando una sola imagen final. Uno elige el porcentaje de las mejores que se quiere sumar para formar la imagen de salida, usualmente uno elije algo entre el 15% a 30% cuando se busca resaltar detalles. En este caso más del 75% de las imágens eran de calidad aceptable para ser sumadas pero como se buscaba el detalle, se eligieron de ese 75% sólo sumar el 22% de ellas, o sea, de las 1000 imagenes, en este caso se sumaron sólo 165 para obtener la imagen que se muestra aquí.
Hecho eso, se usa el programa RegiStax 6, para analizar la imagen pudiendo corregir brillo, color y principalmente corregir la calidad en la resolución de la captura, que por el mismo proceso las deja un poco borrosas.
El proceso termina usando GIMP, que permite por ejemplo, anotar nombres sobre la imagen e incluso alguna modificación final de brillo y contraste.
La identificación de los objetos importantes de la Luna se hace comparando la imagen obtenida con la que entrega el atlas lunar, el cual también es gratuito y aunque uno no haga observaciónes es una herramienta preciosa para estudiar la luna. Es análogo a estudiar el cielo con Stellarium, que permite disfrutar de la estructura de cielo e incluso ver imagenes de objectos de cielo profundo, sin hacer ninguna observación física como tal.
Resumiendo, observar la Luna siempre trae agradables experiencias, no sólo de la captura sino también del procesado y posterior análisis de la imagen. Hay buenos desafíos, como estudiar diferentes anomalías de la superficie lunar, etc.
NOTA: Si la imagen de la Luna, o de algún otro objeto del sistema solar, como Júpiter, se mueve mucho al «pasar» por el campo de visión, se usa primero otro programa que es capaz de re-centrar todas las imagenes de la película y armar otra película, esta vez con el objeto de interés totalmente centrado, se llama PIPP, Planetary Imaging Preprocessor, sin embargo este programa ya no está disponible en la web de sus creadores sino que en repositorios como el del enlace dejado en el nombre del programa. Una vez aplicado PIPP se va a Autostakkert y se sigue como antes.
Bonus: Una de las actividades interesantes que se puede hacer es observar las proyecciones de las sombras y el modo en que se van iluminando por el Sol las distintas zonas de la Luna. Lo anterior en la medida que la Luna avanza de fase hacia la Luna llena. En la siguiente imagen se observa cómo se empieza a iluminar el cráter Clavius D, al interior de cráter mayor Clavius, que en la imagen es el círculo oscuro que contiene a Clavius C y D. Rutherfurd es un cráter menor, formado por un impacto en la pared de Clavius.
